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lunes, 18 de julio de 2011

EJE LECTURA/ESCRITURA

Fragmento de "El espacio literario" de Maurice Blanchot

(...) ¿Pero acaso el libro que se exhuma, el manuscrito que sale del ánfora para entrar en la plena luz de la lectura, no nace de nuevo, de modo impresionante? ¿Qué es un libro que no se lee?
Algo que todavía no está escrito. Leer no sería entonces escribir de nuevo el libro, sino hacer que el libro se escriba o sea escrito; esta vez sin intervención del escritor, sin nadie que lo escriba. El lector no se agrega al libro, pero tiende, en primer lugar, a liberarlo de todo autor, y la manera rápida de aproximarse, esa sombra tan vana que pasa por las páginas y las deja intactas, todo aquello que da a la lectura la apariencia de algo superfluo, y aún la poca atención, el escaso interés, toda la infinita ligereza del lector, afirma la ligereza nueva del libro convertido en un libro sin autor, sin la seriedad del trabajo, las pesadas angustias, el peso de toda una vida, que se vertieron en él, experiencia a veces terrible, siempre temible, que el lector borra, y en su ligereza provisional, considera como nada. 
Sin saberlo, el lector está embarcado en una lucha profunda con el autor: cualquiera que sea la intimidad que hoy subsiste entre el libro y el escritor, por muy directamente que estén aclaradas por las circunstancias de la difusión, la figura, la presencia, la historia de su autor -circunstancias que no son fortuitas, pero tal vez ligeramente anacrónicas-; a pesar de esto, toda lectura en que la consideración del escritor parece desempeñar un papel tan grande en una toma de posición que lo anula para volver la obra a sí misma, a su presencia anónima, a la afirmación violenta, impersonal, de que es. El mismo lector es siempre básicamente anónimo, es cualquier lector, único, pero transparente. Al no agregar su nombre al libro (como lo hacían antes nuestros padres), al borrar  más bien todo nombre, el libro parece escrito al margen de todos y de todo, por la presión ligera de esa presencia sin nombre, de esa mirada modesta, pasiva, intercambiable, insignificante. (...)

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